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jueves, 8 de abril de 2010

Villa Prat : Las desconfianzas en el inicio del largo proceso de reconstrucción.


La deficiente distribución de los recursos obedece a varios factores. El primero de ellos es la realización apresurada de un débil diagnostico respecto a la realidad de Villa Prat, eso quiere decir que ante una catástrofe de esta magnitud seguramente el municipio no contó con la capacidad de levantar toda la información necesaria en terreno y de aplicar los instrumentos necesarios inmediatamente después de lo ocurrido, por lo tanto, es muy posible que no esté el registro del 100% de las personas damnificadas y que este mismo registro no cuente con la suficiente información que se requiere, así mismo que existan sectores por los cuales los funcionarios municipales “literalmente” no pasaron, es por ello que no existe una precisa focalización de las personas más afectadas, aquellas que requieren en forma más urgente e inmediata la ayuda. Pienso que aquello seguramente está fallando, porque lo que viene después de una catástrofe es todo un proceso lento y complejo que requiere focalizar de buena manera aquellas problemáticas más urgentes, un proceso que cuenta con varias etapas, las que en el transcurso de tiempo (a medida que se pasa de una etapa a otra) se van transformando. En el caso de Villa Prat muy pocas necesidades van disminuyendo y muchas de ellas se van profundizando, se van haciendo más graves. Es por lo anterior que el diagnostico tiene que ser “participativo” durante todo el proceso y de esa manera poder identificar qué tipo de cambios van ocurriendo en la comunidad tras el terremoto.

Por otra parte, siento que muchos comentarios que señalan que existe una mala distribución y que las personas beneficiadas son “las mismas de siempre” es algo que efectivamente puede ocurrir y no cabe la menor duda de que esas situaciones deben denunciarse, de hecho siempre he escuchado (desde que tengo uso de razón) eso de que hay personas que cuentan con ciertos privilegios por sobre otras personas de un mismo pueblo y casi siempre esas acusaciones van dirigidas a vecinos que residen en otros lugares, entonces siempre se ve con desconfianza lo que ocurre con los vecinos que están en otro lugar. Puedo entregar solo un ejemplo de aquello: “La semana de Villa Prat” es una instancia muy linda y necesaria donde los vecinos establecen mayores vínculos de solidaridad, así también sienten mayor identificación con su pueblo y sus raíces a partir de las actividades que se realizan en esos días de verano, pero al mismo tiempo, en esa semana se hacen visibles todas esas enormes diferencias y rivalidades que existen entre los barrios, las cuales también han existido desde siempre y determinan la visión que se tiene hacia “otros” vecinos de “otros” sectores. De esta manera se tiene una visión sesgada sobre las propias personas con las cuales se comparte un territorio común. Finalmente, se va perdiendo la objetividad al emitir cualquier juicio sin pesquisar la información y verificar si efectivamente las cosas ocurren de la manera como uno estima que son. Esto no omite que estas irregularidades existan, sino que entrega una mirada más amplia sobre aquellas cosas que se afirman sin entregar antecedentes que permitan conocer estas acciones a cabalidad.

Una de las mejores formas de denunciar a las personas que se aprovechan de esta tragedia es dar a conocer sus nombres y apellidos, pero también es importante conocer ¿quiénes son en definitiva? ¿qué tipo de ayuda se les entrega? ¿quiénes se las entregan? ¿de qué cosas se están aprovechando? o ¿qué personas están MAL distribuyendo esta ayuda desde el municipio u otras instituciones? Sin embargo, resulta fundamental que aquellas acusaciones sean acompañadas de hechos que puedan ser comprobables, así las irregularidades pueden identificarse con mayor claridad (pero SIEMPRE ha partir de hechos concretos), de otra manera lo que se hace es solo iniciar o dar continuidad a un rumor, lo cual produce confusión e imposibilita la necesaria cohesión entre vecinos para enfrentar esta catástrofe, ahora más que nunca se requiere unidad y organización, así podrá establecerse una mayor coordinación entre la comunidad con sus juntas de vecinos, el municipio, el gobierno y las instituciones sin fines de lucro vinculadas a la reconstrucción de las zonas afectadas. Una comunidad organizada podrá poner sobre la mesas las inquietudes de sus vecinos en forma más visible, ser partícipes de las decisiones que se tomen en adelante, informarse respecto a lo que contempla el plan de reconstrucción y facilitar la inclusión de TODOS los vecinos damnificados en las etapas que contempla dicho plan, lo cual no restituye lo que se ha perdido con el terremoto, pero si entrega una luz de esperanza a cientos de personas que ven con desilusión como la lentitud con la cual actúan las autoridades va ensombreciendo el anhelo de reconstruir lo material y fortalecer lo espiritual, esto es fundamental ya que es precisamente lo espiritual aquello que caracteriza la figura y el corazón de cada uno de los Villapratenses.






Fabián Castro Campos
Sociólogo
Licenciado en Sociología

1 comentario:

  1. Muy buen articulo Fabian, y estoy de acuerdo con que hay que denunciar las irregularidades en la entrega de ayuda para los damnificados, pero yo creo que el centro hay que enfocarlo en las personas o autoridades que se encargan de la entrega de ayuda, de esa manera si se puede tomar cartas en el asunto, con respecto a las personas que no van en ayuda de los que mas lo necesitan.

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