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viernes, 29 de abril de 2011

LA POBREZA DESDE EL CONTEXTO LOCAL

A propósito que hace pocos días atrás un informe conjunto del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional indicó que: "La población mundial que vive en extrema pobreza continúa en descenso y se espera que sea de 883 millones de personas en 2015, frente a los 1.400 millones de 2005”, es que surge la siguiente reflexión, en la cual no pretendo detenerme en el análisis exhaustivo de este tema, solo me permito una “descripción” ligera y focalizada en el tipo de pobreza observable en el día a día, aquella que podemos encontrar en centenares y miles de habitantes de nuestra Región del Maule enredados en esta problemática, algunos asomando la mitad del cuerpo hacia la salida de este entramado, mientras que otros recién van entrando sin conocer el devenir de los acontecimientos.


Es muy cierto que la pobreza es un tema denso, un árbol gigante de infinitas ramificaciones tanto en la copa como en la raíz, es precisamente aquí, en las raíces de la pobreza donde habitualmente se buscan explicaciones que permitan dar solución a otras infinitas consecuencias de esta enorme problemática social.


Sería interesante poder generar investigaciones que pudiera indagar en profundidad sobre aquellas familias que por generaciones y generaciones han sido siempre pobres, que nunca han cambiado ni un milímetro esta pantanosa realidad, interesante sería saber cuáles son los elementos estructurales que determinan esta condición y no producen movilidad. En este sentido, el naturalista francés Émile Zola retrata este tema como si fuera un oleo impresionista, en su obra “La Taberna” nos habla de personajes sumidos en la pobreza, gentes sin futuro a las que, una circunstancia azarosa, trastoca el sentido de su existencia. Zola señala: “Han nacido en un entorno social desfavorecido y serán incapaces de huir de él”. El toque cruel está ahí y obedece a muchas realidades que son calcadas en su corporeidad, en su estructura general, en el sentido en el que los personajes son incapaces de escapar del trágico destino que les está preparado.


Para conocer un poco más sobre lo anterior no necesitaríamos viajar muy lejos, solo bastaría con subirnos a la locomoción colectiva e internarnos en este mundo paralelo que no vemos o “literalmente” no queremos ver, por falta de interés o por las razones que sean, bastaría con visitar una población de nuestras ciudades y entrevistarnos aleatoriamente con cualquier persona que se encuentre en una esquina o fumando un cigarrillo en el antejardín de su casa para conocer un poco más sobre su propia realidad, ahí en ese lugar solo una breve conversación poco a poco desmenuzaría aquella pobreza que “pareciera” traspasarse en el ADN humano y que muchos se atreverían a señalar que está asociada a factores genéticos, traspasados de familia en familia, de generaciones en generaciones, la pobreza como una integración permanente de múltiples factores que constituyen una única entidad que se mantiene casi en forma estática en el tiempo.


Ciertamente este no es el país de las grandes oportunidades ni mucho menos, la exclusión y la marginación relegan a un plano mínimo al ser humano desprovisto de conocimientos, herramientas, experticias, habilidades, o mejor digamos: “El conjunto de condiciones favorables para transformar su realidad”, así suena más como presentación en power point elaborada en las cuatro paredes de alguna oficina pública de algún servicio, programa o unidad, cuando en realidad se refieren a la condición crítica de grupos de personas que los mismos aparatos públicos no saben identificar como verdaderos pobres, yo los llamaría: “Los desenfocalizados”, aquellos a los cuales las políticas sociales que buscan focalizar la pobreza nunca han logrado iluminar y quedan “fuera de foco”, aquellos que día a día la indiferencia del autodenominado “estado de bienestar” los envía a un rincón oscuro, húmedo y sombrío. Aquellos que NO son clientes frecuentes de la oferta pública y no están parados en los municipios día por medio esperando la canasta familiar, la pensión de gracia, rebaja en el agua, el nylon, la mediagua, el bono o el subsidio que sea.


Me aterra la sobre-semantización en las políticas sociales, siento que utilizan el lenguaje para complejizar su gestión innecesariamente, las mismas que finalmente pretenden resolver sus coberturas y otros temas con fonos 800 o con plataformas virtuales en internet, sistemas y bases de datos, con oficinas informativas ultra impersonales (carentes de sujeto) atendidas por una funcionaria pública que lo único que anhela es que llegue pronto la hora de colación o la hora de salida para largar lo más pronto posible a su casa. ¿Qué pasa con estas personas cuando ni siquiera existe el cara a cara? ¿Qué sucede cuando estos seres se enfrentan a una muralla burocrática que los bloquea por completo? Como un golpe de Knockout que los tumba al piso sin poder levantarse ¿Qué pasa cuando las autoridades les niegan las audiencias? o ¿Cuando estas personas se ven sobrepasadas por el papeleo, el bypass y el ping pong burocrático?


En esta reflexión no me detengo en profundizar (lo que yo quisiera) en el análisis de la Ficha de Protección Social (FPS), la cual aun sigue siendo un instrumento lleno de falencias, miles de veces poco representativo, que obedece a momentos puntuales, fotografías de un momento específico de la realidad de una familia, muchas veces nos encontramos con casos de familias que en una condición de vulnerabilidad muy compleja cuentan con puntajes altísimos en la FPS, los cuales no son reflejo de su realidad, puntajes que no les permiten acceder a una serie de beneficios, mientras que hay casos de otras familias a las cuales les ocurre todo lo contrario y cuentan mes a mes con la suficiente solvencia económica para darse algunos lujos que muchas otras personas soñarían tener, son estos últimos quienes aprovechan la oferta social existente y la FPS es su prenda de garantía.


A partir de lo anterior: ¿Alguien sabe cuáles son los criterios que utilizan los municipios para seleccionar al personal que aplica la FPS? Bueno, aparte de tener cursado el cuarto medio no existen muchos más requerimientos. Es extraño que muchos encuestadores son contratados inmediatamente después de asumir un alcalde, muchos de ellos formaron parte de su grupo de campaña en terreno y este trabajo es solo una vuelta de mano. Me gustaría conocer los puntajes en la FPS que poseen el circulo de personas cercanas a los encuestadores, digitadores y quienes estén a cargo de estas tareas, seguramente nos encontraríamos con muchas sorpresas y este tema sería materia de una buena investigación periodística, tengo la seguridad de que nos encontraríamos con puntajes bajísimos. En definitiva, son los encuestadores quienes aplican este instrumento del cual depende el acceso a la oferta pública de miles y miles de familias en nuestro país, desde la entrega de unos cuantos metros de plástico o una canasta familiar hasta la asignación de unos cuantos millones en el subsidio de una vivienda, lo cual es algo no menor. Me pregunto también: ¿Cuánto poder tienen estos funcionarios que están a cargo de la FPS en cada municipio? Es muy relevante tener en consideración todo lo anterior, seguramente esto no es una generalidad que dé cuenta de todos los municipios del país, sin embargo es importante fiscalizar y ser más rigurosos en cada uno de ellos, pues de este instrumento se conoce la vulnerabilidad social y de esos criterios dependen muchas personas que requieren puntajes coherentes a su realidad .


Es muy importante trabajar en instrumentos que permitan conocer la pobreza desde un enfoque mixto, si bien es cierto lo cuantitativo puede generar cruces de variables que se requieren para la generación de categorías, lo cual facilita la utilización de datos en los sistema informáticos, así también lo cualitativo entrega la riqueza de conocer los fenómenos en profundidad desde una mirada integral. Esto podría contribuir enormemente en conocer las fórmulas con las que cada familia aborda sus necesidades elementales, un tipo de pobreza específica y particular, que es "dinamica", que está en constante transformación en sus fisonomia y que al mismo tiempo posee una matriz estructural, que se desprende desde un contexto específico también, distinta a otros millones de pobrezas disgregadas por el mundo, resulta fundamental “conocer” desde lo particular y evitar el sesgo implícito que contienen las categorizaciones y generalizaciones que determinan la distribución de recursos de la oferta social.


Los actuales instrumentos para medir la pobreza omiten la realidad de miles y miles de personas, como por ejemplo de aquel que está endeudado hasta el casco, sin la más mínima capacidad de hacerse cargo de sus compromisos, el que vive en una casa “bonita” y no tiene para el gas, la luz o el agua potable. Aquel que recibe notificaciones judiciales semana por medio y vive amenazado con el embargo de sus bienes, ese que todos los días se va caminando a pié a su trabajo, sin dinero para trasladarse, caminando 20 cuadras “vestido de traje y maletín” aquel que muchas veces no tiene para comprarse ni un súper 8, aquel que es mirado como una persona exitosa y segura por su entorno, del cual nadie imaginaría que posee carencias económicas que lo hacen transitar por el borde de su propio abismo.


Por otra parte está la pobreza más evidente y radical de aquellas familias numerosas que viven en una permanente marginación, aislados absolutamente de todo y de los cuales nadie sabe, personas que casi nunca tienen para alimentarse, aquellos que lo único que tienen es un fuego para calentar el agua y beber algo de té o cualquier líquido caliente. Personas que viven en este mundo “desconocido” donde existen los almacenes que venden las bolsas de té por unidades, el azúcar y la harina en pequeñas porciones o los fósforos y cigarrillos sueltos. Esa pobreza de aquellos que acuden con unas pocas monedas a las carnicerías cercanas a comprar huesos o menudencias de un animal para preparar un caldo espeso, añadiendo restos de pan duro que puedan entibiar su estomagos y aguantar para el otro día.


Ciertamente la educación y la marginación son uno de los factores más relevantes al momento de escapar del llamado círculo de la pobreza, de la cual se hace casi imposible escapar cuando el lenguaje o la apariencia constituyen condiciones fundamentales para acceder a las oportunidades que permiten superar esta condición. No hay dudas de que es la misma sociedad la que excluye y limita el acceso a los satisfactores que requieren estos grupos, una sociedad (influenciada por economistas) que tienden a entender el “ingreso” como la única y gran medida representativa de la pobreza y, al mismo tiempo, un estado que no tiene las ganas de invertir en estrategias “realmente efectivas” que permitan asegurar las condiciones para la generación de tales ingresos. Estas tecnócratas verdades que parecieran ser absolutas y nos hacen olvidar muchas otras problemáticas que se desprenden desde la raíz de la pobreza, por ejemplo, que el control de la natalidad es algo urgente y nunca ha sido un tema prioritario en las políticas sociales de ningún gobierno, no ha existido la real preocupación ni la voluntad política por educar en profundidad a los jóvenes respecto a lo que implica ser padres y sostener un núcleo familiar, educar desde casos reales, la responsabilidad es algo que los jóvenes no han logrado internalizar, muchas veces vemos como se derrumba en forma fulminante la vida de los jóvenes cuando deben hacerse cargo de uno o más hijos que llegan en forma inesperada, así mismo aparece el aborto como la más nefasta alternativa. El concepto de “Sexualidad Responsable” no es suficiente, las cartillas informativas y trípticos que se entregan en las playas tampoco, ni la publicidad escrita, radial o televisiva son suficientes, todo ello no evita el surgimiento de un nuevo grupo de pobres a partir de esta nueva realidad.


Luis A. Ferre señala: "El reto es no permitir por más tiempo que los hijos de la Pobreza de hoy, se conviertan en los padres de la pobreza en el mañana".


En definitiva, la pobreza puede ser analizada desde múltiples miradas y todas ellas son importantes, contribuyen en el análisis de esta enorme problemática global, sin embargo se hace necesario estudiar sus particularidades, los contextos y fenómenos que intervienen en la conformación y desarrollo de la pobreza como un complejo entramado de variables relacionadas entre sí. Conocer los elementos culturales que perpetúan esta problematica es fundamental, así también aquellos elementos que parecieran ser determinantes en cada lugar y permiten entender que la pobreza posee una multiplicidad de rostros. El desafío es generar estrategias interdisciplinarias a partir de la construcción de modelos participativos que den cuenta de la pobreza desde cada contexto específico, para así lograr políticas efectivas en las cuales los pobres tengan un rol protagónico como agentes activos capaces de transformar su propia realidad.


Fabián Castro Campos

Sociólogo

Licenciado en Sociología

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