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miércoles, 4 de mayo de 2011

La Libertad: Un concepto que, en esencia, no es nada libre, sino más bien "determinado" por sus distintas miradas y enfoques.

El concepto de Libertad ha sido motivo de discusión en la filosofía a lo largo del tiempo. A pesar de esto, la conceptualización no implica ser motivo de declinación para quien desee hacerlo, pues no deja de ser interesante un tema que atraviesa toda la historia de la humanidad y nuestra esencia, resulta provechoso tratar de sumergirse en las profundidades del mismo.

Hay tantas respuestas de libertad como hombres en el mundo. Para unos, libertad significa la ausencia de ataduras humanas; otros encuentran la libertad en la democracia; para muchos, la libertad es poder decir y hacer lo que mejor les parece; para otros es no estar esclavizado.

Por lo tanto, tener la capacidad y la voluntad de reflexionar si somos libres o no, o mejor dicho, conocer si podemos ser libres o no, creo que implica un ejercicio necesario como individuos y como sujetos pensantes. Saber si lo que hemos realizado desde que usamos la razón o lo que tenemos planeado realizar como proyecto de vida, fue o será producto del ejercicio de nuestra libertad o tristemente resultado del movimiento de los hilos de alguna institución, el destino, la naturaleza o como suela llamársele haga de nuestra vida marioneta. He aquí la importancia de saber si existe la libertad y nuestras significaciones sobre ella.

Sobre el concepto de Libertad se dice por ejemplo que siendo el hombre libre no lo es del todo pues tiene toda actividad regulada por pautas de conducta que señalan lo que debe y lo que no debe hacer, eso es por lo menos lo que solemos comentar cuando alguien nos pregunta. A esto se suma la contradicción que se sostiene que, aún teniendo la conducta regulada por normas existe la disyuntiva de lo que el individuo decide o no decide hacer, otorgándole otra acepción a la palabra libertad, esta es ahora:
"Libre albedrío".

Guillermo Cabanellas al respecto dice: Se trata de la "facultad humana de dirigir el pensamiento o la conducta según los dictados de la propia razón y de la voluntad del individuo, sin determinismo superior ni sujeción a influencia del prójimo o del mundo exterior", a lo que se puede agregar que, siendo así, el ser humano es libre independientemente de la existencia de las normas que rigen su conducta y de las sanciones que, como resultado de la priorización optada, se deriven.

Pero este hecho tiene un antecedente nacido de una relación de dependencia, si nos remontamos a los tiempos primeros de la existencia del hombre, la única posibilidad que tuvo el animal humano para subsistir dependió de la formación de grupos (clanes, tribus u otros tipos de organización social). Un rasgo del hombre tan antiguo como su existencia corresponde a su sociabilidad, si a esto le sumamos lo venido después, desde las viejas concepciones estatales, platónicas como aristotélicas, Rousseau y el contrato social, el nacimiento del constitucionalismo, Montesquieu y la teoría de la separación de poderes y el reconocimiento de los derechos fundamentales de las personas, se puede concluir que la libertad forma parte de la evolución del hombre y que ha sido tema de discusión y polémica durante toda nuestra existencia y que además denota una gran dependencia, o necesidad, del hombre a vivir con otros en sociedad para facilitar la respuesta a sus necesidades. Siendo así y dando cuenta que al fin el hombre es libre y que en medio de tanta libertad depende de otros para poder aplacar su necesidad de bienes que le aseguren la subsistencia; la misma relación de dependencia impone a la libertad.

Según lo anterior, se podría afirmar que la Libertad, en primera instancia, es la facultad natural que tiene el hombre de obrar (o no obrar) de una manera o de otra, por lo cual es responsable de sus actos.

Los romanos decían que la libertad es la facultad de hacer lo que el derecho permite. En la realidad procesal y como atenuación penitenciaria, se conoce esa libertad revocable o en cuotas que representan instituciones como por ejemplo: La libertad provisional de los procesados y la libertad condicional de los condenados de ejemplar comportamiento ulterior.

Como conducta personal, la libertad se entiende en el sentido más amplio y a la vez ingenuo. En el anarquismo puro, como aquella posibilidad (derecho en muchos casos) de hacer lo que se quiere, imposible por carecer por el respeto que infunden los demás en su individualidad y en su conjunto. Con un sentido más moral, la libertad se refiere a hacer cuanto no daña a otro, con la imprecisión consiguiente al daño y a la autoridad para apreciarlo. En aspecto más jurídico, la libertad consiste en el derecho de hacer cuanto las leyes permiten y todo lo que no prohíben.

Desaparecida la esclavitud, al menos en sus formas más groseras, la libertad personal está garantizada en el orden civil, y es irrenunciable e inalienable.

Por eso agrega que la ley, que nos quita una parte de nuestra libertad, nos asegura la porción que nos queda, confiriéndonos los derechos de seguridad personal, de protección para el desarrollo y de prosperidad; de modo que el sacrificio que hacemos para adquirir tan preciosos bienes en nuestra sociedad es mucho más pequeño que la adquisición. La libertad de los ciudadanos, será mayor o menor según la mayor o menor gravedad de los obstáculos que la ley oponga a sus acciones o actos; y tales pueden ser las leyes de un estado que absorban casi enteramente la libertad de los individuos que lo componen.

Para muchas personas, libertad es el contrario de esclavitud (y no a la inversa). De manera que si no hubiese existido la esclavitud, ni siquiera se hubiera percibido ni definido la libertad, especialmente en contextos como el Latinoamericano.

Esclava es la persona que no es dueña de sí misma, sino que es propiedad de otra persona, física o jurídicamente. Por consiguiente, libre sería la persona sobre la cual nadie ejerce derecho de dominio, es decir de amo.

Otros puntos de vista resaltan que los actos virtuosos los ejercitamos desde la libertad y sólo así podemos progresar en esa misma libertad. Por eso, observando desde la gran tradición clásica hasta Tomás de Aquino, sostienen que "El invalorable don de la libertad radica en controlar la propia conducta". La libertad ante todo es el autodominio. Es dueño de sí el que tiene virtudes y no es dueño de sí el que no las tiene porque tiene vicios que determinan sus acciones. Por eso, la alternativa ética es ontológica, afecta al ser mismo del hombre: Uno se hace bueno o se hace malo a través de sus actos, por esto es por lo que son importantes puesto que el origen de la moralidad está en los actos y éstos se determinan por sus objetos.

De acuerdo a Ortega y Gasett,
“El hombre se encuentra inmerso en el mundo y actúa en diferentes planos: en el plano material o mundo de la naturaleza, y en el espiritual o mundo de la cultura”.

El mundo de la naturaleza es el mundo de la necesidad, pues está regido por la ley de casualidad, mediante la cual a todo efecto corresponde una causa. En cambio, el mundo de la cultura es el mundo de la libertad, porque dicho mundo es creado por acciones humanas que son realizadas por el hombre no casualmente, sino obedeciendo a un principio teológico finalista. Una piedra debe caer necesariamente, de acuerdo con las leyes de la gravedad; un hombre puede o no realizar un acto, aceptando las consecuencias de su acción u omisión. Siendo así, la libertad tiene un concepto amplísimo ya que puede referirse a las cosas del mundo de la naturaleza o bien a la del mundo de la cultura.

En el mundo de la cultura tampoco existe la libertad absoluta, por cuanto ella debe detenerse ante la esfera de la libertad de los otros hombres con quienes convivimos.

La libertad individual puede ser pública o privada, o sea libertad política y libertad civil, dentro de la vieja denominación de Aristóteles.

Así tendremos que una aproximación al concepto de libertad nos la hace mostrar como un derecho, como un derecho imprescindible e inalienable del ser humano, ínsito a ella y por ende perteneciente indisolublemente a su naturaleza.

Esto nos conduce a la concepción de la libertad como un derecho natural, un derecho natural fundamental y además: Primordial.

La existencia de la libertad es un hecho de experiencia inmediata y universal en la vida humana; un hecho que es a la vez, el de la coexistencia social del hombre. Y si la coexistencia social implica la vigencia de uno o más sistemas normativos, resulta que el hombre es libre en tanto posee una inteligencia capaz de comprender el sentido normativo de sus actos y una voluntad capaz de decidir la realización éstos.

La libertad humana opera así, tanto en la esfera de la razón como en la de la voluntad. De ahí que todo ejercicio de aquélla signifique una volición no ciega ni absoluta ni instintiva, sino racional. Y de ahí también que el grado de libertad interior depende proporcionalmente del conocimiento del sentido de una acción.

Sobre todo lo anteriormente dicho, podríamos decir que la libertad es un derecho que otorga el Estado al individuo y no es una norma jurídica sino que es el poder del individuo de realizarse a sí mismo, de resistir a la opresión del Estado y las Leyes, a la esclavitud de las cosas, a fin de desarrollar su íntima personalidad y erigirse en quien construye de su propio destino.

Fabián Castro Campos

Sociólogo

Licenciado en Sociología

1 comentario:

  1. Buena reseña de las complejidades implicadas en el concepto de libertad, que después de revisarlas me parece más claro hablar de libertades. Pareciera que los seres humanos en nuestra condición evolutiva (e involutiva) vamos progresivamente buscando libertades, tanto como sociedades, como individualmente a lo largo de la vida. Agregaría 2 dimensiones para mirar esto de las libertades: la subjetiva, aquella libertad que se consigue cuando se está en sintonía con lo que verdaderamente se es, con las esencias; ese sentimiento profundo que erradica los miedos y que nos permite la búsqueda de la coherencia de nuestros actos con lo que realmente somos, desprendiéndonos de los condicionamientos sociales y biográficos. Lo otro: la educación para la libertad,que nos abre caminos para hacernos cargo como sociedad de esta búsqueda transformadora.
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